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Apoplejía

CerebroSegún la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos (AANS siglas en inglés), anualmente más de medio millón de americanos sufren de una parálisis cerebral. Una apoplejía (comúnmente conocida como "derrame cerebral" o "ataque cerebral") ocurre cuando uno de los vasos sanguíneos que lleva el oxígeno al cerebro se tapan o revientan.

Cuando esto sucede, las células nerviosas de la parte afectada del cerebro no pueden funcionar. Como resultado la AANS dice que cualquier parte del cuerpo que las células nerviosas controlan quedarán afectadas también. Es por ello que la apoplejía afecta a diferentes personas de diferentes maneras, algunas veces causando problemas en el habla, por ejemplo, algunas veces problemas en el movimiento, en la memoria o hay veces que varios de estos problemas a la vez..

Factores de riesgo

Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de llegar a tener una apoplejía. El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA siglas en inglés) indica que los hombres corren más riesgo que las mujeres; los Afroamericanos también corren un alto riesgo; y el riesgo va aumentando con la edad.

Otras causas de riesgo incluyen:

Señales de precaución

Las señales de alerta pueden ser temporales. Pueden desaparecer después de varias horas. Inclusive pueden desaparecer en pocos minutos. La AANS menciona que sin importar cuanto duren los síntomas, es esencial que cualquiera que experimente algún síntoma de apoplejía busque ayuda médica inmediata. Los síntomas principales son:

TIA y apoplejías "silenciosas"

La AANS indica que muchas de las personas no están enteradas de las señales de alerta de una apoplejía. Esto es particularmente cierto en el caso de un ataque isquémico transitorio (en inglés, "transient ischemic attack" o TIA). El TIA es una situación temporal en la cual se experimentan repentinamente los síntomas de una apoplejía, y luego en unos minutos desaparecen. Por lo regular la gente ignora un TIA pensando que el problema ha desaparecido. Esto puede ser un error fatal puesto que el TIA es una precaución seria. De hecho según la AANS, del 10 al 15 por ciento de pacientes que han experimentado el TIA sufrirán de una apoplejía en menos de un año del primer ataque.

Además existe también el ataque "silencioso." La AHA dice que los ataques silenciosos son más comunes de lo que uno piensa. Básicamente los ataques silenciosos ocurren cuando un pequeño vaso sanguíneo en el cerebro se tapa o revienta. Un ataque silencioso no es acompañado por las señas clásicas de precaución de una apoplejía; de hecho, alguien que experimenta una apoplejía silenciosa puede no darse cuenta. Pero eventualmente disminuye el subministro de sangre, y oxígeno al cerebro, matando a las células. Esto puede crear problemas en la memoria o concentración. Esto puede causar cambios de estados de ánimo y causar depresión. (Lea sobre "Demencia" "Depresión")

Por esto, la Asociación Americana de Apoplejía dice que las personas de edad avanzada deben ser monitoreadas cuidadosamente por depresión, ya que la depresión puede indicar que un ataque silencioso ha ocurrido. La depresión puede seguir después de un ataque mayor. De hecho, los Institutos Nacionales de la Salud estima que del 10 al 27 por ciento de personas que sufren un ataque también experimentan una gran depresión y que inclusive del 15 al 40 por ciento experimentan síntomas depresivos dentro de dos meses después del ataque.

Tipos de apoplejía

Según la Asociación Americana de Apoplejía, 20 por ciento de los ataques son apoplejía hemorrágica, que resulta de la debilidad en los vasos que se revientan y sangran alrededor del cerebro. Este tipo de apoplejía puede ser causado por una lesión en la cabeza, por ejemplo, si un aneurisma (el cual ser formado en las partes débiles en la pared de una arteria) se revienta. Una apoplejía hemorrágica es muy peligrosa porque la sangre acumulada de la arteria reventada puede presionar alrededor del tejido cerebral e interferir con las funciones del cerebro.

Un 80 por ciento de todas las apoplejías son causadas por coágulos. Actualmente existen medicamentos que pueden ayudar a este tipo de apoplejía. La trombólisis es el término que se usa al disolverse el coágulo, y en una terapia con medicamento se inyecta frecuentemente un disolvente de coágulos. Existen varios medicamentos que se pueden usar dependiendo del paciente y de la situación. Todos estos medicamentos necesitan ser inyectados en unas horas después de empezada la apoplejía. Los posibles daños del medicamento incluyen sangrado interno cerebral.

Si el doctor determina que una apoplejía ha sido causada por un vaso sanguíneo bloqueado que conduce la sangre al cerebro, puede que se requiera intervención quirúrgica. Después de la cirugía los medicamentos que previenen la formación de otros coágulos pueden ser prescritos por un médico.

Dependiendo de la severidad de la apoplejía y el área del cerebro afectado, la rehabilitación física puede que sea necesaria. La rehabilitación y el tratamiento deben de comenzar lo más pronto posible después de una apoplejía. Es esencial para todos reconocer los síntomas de una apoplejía y pedir ayuda inmediatamente.

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